Cuando el semáforo se puso en verde embragué, puse primera, aceleré. Mi mano acababa de dejar la palanca de cambios y el auto ya se movía cuando llegó el sonido: bocina de circo que hizo desfilar en mi cabeza elefantes, pelotas gigantes, payasos, acróbatas imposibles. Te miré por el retrovisor, vos todavía parado, y me alejé.
Al medio minuto un auto grande con guiño se metió detrás del mío desde la derecha. Se te adelantó, y volviste a sonar vos.
Yo creo que te pusieron la bocina hace muy poco, que la odiás, y en el ridículo la tocás cada vez más, sólo por eso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario