24 jun 2009

Jesús es stripper

El sufrimiento, la redención por el sufrimiento. Leo algo sobre Faulkner, pienso en Dostoyevski, en algún otro libro que en este momento no recuerdo bien (cómo olvidarlo, ¡la Biblia!), en Camila mordiéndose después de morderme, golpeándose la cabeza, no tan fuerte, no tan despacio, contra la pared, tres años y ya esa historia; en Roberto cacareando dolor como gallina, puro teatro, no tan lejano el día en que buscó un motivo para llorar, una excusa para pedir perdón otra vez. Sufrir, sufrir hasta que se te muela el cuerpo, hasta que la fiebre que te tira a la cama se mantenga en la caminata cotidiana; sufrir, el consuelo para sobrellevar una ficticia culpa verdadera; abrir la culpa como quien aplica alcohol en la herida, hasta que el dolor amaina en acostumbramiento entumecido y hay que inventar un nuevo pretexto.
Sufrir, la caricia del dolor, autocomplaciente, la farsa de que si se sufre, algo se está haciendo bien. Si se sufre... no se es tan “culpable”, algo te redime, hay esperanzas, un descargo (¿de qué? ¿del vivir?), cúcara cháchara mácara, más cháchara.
El sufrimiento; propiedad privada, sociedad anónima, histeria for export; inmensamente privativo y medular y exhibicionista -con matices-, y comprometido: sufrir imperialista, trascendente; sufrir, como se es culpable, por todo y por todos, hasta la tumba, llevando encima todo el peso del mundo. Y entonces, bajo tierra, incinerado y contaminante, rechazado por antígenos o en criatura de cuerpo extraño, entonces, sólo entonces, respirar “en paz”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí Dostoyevsky creía en la redención por el sufrimiento, y aunque Dosto es un genio nunca he estado de acuerdo con él en este punto.

Pero ¿por qué diantres Dosto suponía redentor al sufrir?...por esta razón (que si se extrema es imbécil): todo hecho contra el prójimo en alguien sano tiene que producirle (aunque sea por empatía) un sufrir ( que los turros se rían es aún más imbécil, de psicopatas estamos hartos).