15 ene 2023

De los poetas

Hola amigos.

Del poema sobre La défense pasó más de un año, estaba en la Défense, pensaba en Buenos Aires. Soy una manifestación de subjetividad intermitente, comunicar es algo que tiene que tener algo de relevancia. No tengo tanto que comunicar.

Pero estoy terminando la tesis.

Estoy escribiendo la introducción, y es muy difícil. Hay algo de obsceno en tener que explicar sus fundamentos cuando uno ha pasado los veinte años, cuando uno ya acumula treinta años, cuando uno va para los cuarenta años.

Es cierto que la modestia obliga, y la claridad científica, pero ¿quién acepta voluntariamente la modestia? ¿Y qué es eso de claridad científica?

Mi tesis se termina por la introducción, y me cuesta, porque es la verdadera conclusión: el desafío de decir que hay un camino coherente (cuando el camino siempre fue tentativo), que hay un recorrido pensado (cuando fue, en realidad, tirarse al vacío de enfrentar, otra vez, una nueva disciplina).

Siempre tuve una relación de fascinación y de distancia con Nietzsche, yo nunca estuve a la altura del superhombre. Pero hay un apartado del Zaratustra que me gusta mucho, y que habla del sentimiento de esto de tratar de introducir para otros un camino de cuatro o cinco años:

De los poetas

«Desde que conozco mejor el cuerpo, —dijo Zaratustra a uno de sus discípulos— el espíritu no es ya para mí más que un modo de expresarse; y todo lo “imperecedero” – es también sólo un símbolo.»

«Esto ya te lo he oído decir otra vez, respondió el discípulo; y entonces añadiste: “mas los poetas mienten demasiado”. ¿Por qué dijiste que los poetas mienten demasiado?».

«¿Por qué?, dijo Zaratustra. ¿Preguntas por qué? No soy yo de esos a quienes sea lícito preguntarles por su porqué.

¿Es que mi experiencia vital es de ayer? Hace ya mucho tiempo que viví las razones de mis opiniones.

¿No tendría yo que ser un tonel de memoria si quisiera tener conmigo también mis razones?

Ya me resulta demasiado incluso el retener mis opiniones; y más de un pájaro se escapa volando.

A veces encuentro también en mi palomar un animal que ha venido volando y que me es extraño, y que tiembla cuando pongo mi mano sobre él.

Sin embargo, ¿qué te dijo en otro tiempo Zaratustra? ¿Que los poetas mienten demasiado? – Mas también Zaratustra es un poeta.

¿Crees, pues, que dijo entonces la verdad? ¿Por qué lo crees?»


Buenas noches.

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