Mi mano se ríe de mí.
Ha vuelto a las bases. Mi mano
no teoriza libertad: mi mano
escarba el ombligo
con la persistencia de las cosas
inútiles.
Mi mano
cerró unos labios
y se limpió las uñas con las uñas.
Ha vuelto a las bases.
Transitó el camino largo
de las palabras y las violaciones
sólo para volver a callar, otra vez.
Y no siente culpas.
No siente culpas por eso ni
por no sentir culpas.
Mi mano se rasca contra el mantel
masacra filas de mosquitos
estruja un cogote de papel.
Y todo es un semáforo
en la noche de una calle vacía.
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