Un olor pegajoso
Como la tarde
Como este cielo vacío, blanco
Recortado contra los árboles
Amenazando engullirnos en la quietud
de una imagen triste.
II
Si el piano bebiera
Si el piano tuviera
Una hesperidina, un campari
Amargo y testarudo
Para pasar la tarde
Y dejara flotar notas discordantes
Ya sin censura
Por el mero placer de estar ahí
Ebrio y despreocupado
En una tarde dulzona
Libre de todo tiempo.
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